BAJO EL CIELO DE PLÁSTICO
A dos cuadras de la calle 14 flota el cielo de plástico,
inventando su reino con ansias de verdades,
y sediento de oferta, protege el edificio cuyo techo tranquilo y ladrillos rosados tientan al transeúnte.
Por esfuerzo que hago,
no logro percibir a ninguno de sus habitantes,
ni a la mujer de pelo oscurecido
con quien llevo tres noches obcecado.
No comprendo tampoco esta razón de lino
que me cubre los ojos, aunque
el jazz me consuele de los días en ayunas.
A las siete rayando, las ilusiones cruzan
en plena retirada por la estación Rimbaud
cuando el aire se quiebra al fragor de los trenes,
que alcanzan en sus rieles las frecuencias urbanas.
Yo contemplo impaciente cómo el cielo clausura tragaluz y compuerta.
Sin embargo, del lugar donde nace el rosado, no se asoma ninguno de sus habitantes.
Intranquilo, doy vueltas por la acera de enfrente, repitiendo en voz densa:
Cielo en subasta. Lugar despiadado.
Poema del libro: AFICHES EN LA ESTACIÓN RIMBAUD (Nueva York, otoño, 2008)
Créditos Imagen: http://retratoinsano.blogspot.com
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