En unas horas me encontraré en estado de "suspensión animada". Ellos, los ávidos tecnócratas cibernéticos, me desconectarán por varios días de la Gran Red del Simulacro: internet, telecable, teléfono, realidad virtual inmersiva, todo.
Deberás entonces estar atenta a eventuales y breves llamadas que pueda hacerte todavía por el provisorio dispositivo móvil. Luego, sólo tú serás testigo de mi soledad y de mi encierro en la cámara de suspensión de lo Real.
¡Quién sabe qué remotos mundos perdidos
Talvez redescubra el diálogo con las piedras, las reflexiones compartidas con el agua, las extrañezas del bismuto, del hierro y del antimonio, la mágica sensibilidad casi humana de los cristales, los sutiles anhelos del oxígeno y de las flores...
Quizá me aproxime a la recóndita verdad de nuestro amor... A las ensoñaciones y gemidos infrasónicos del mundo...
Será una especie de comunicación telepática de ultratumba la que sostendremos momentáneamente a través de la máquina celular y de la esfera cuántica. ¡Reductos finales de la comunicación tangible!
¿Los efluvios invertidos de la imponderable materia oscura darán después testimonio de nuestro invencible amor?
La vocación de lo imposible colonizará mi ser y su ensangrentada memoria de rojo mercurio, tal como se desplegaba entre tus nalgas turgentes la violenta y tenebrosa verdad de la inmundicia.
Descenderé al Archivo y al resplandor velludo del astro innominable que palpitaba entre tus muslos...
Retornaré por unos días a mi estatuto de cadáver, a la dura opacidad de lo real, a la neutralidad absorta de la cosa-en-sí, al abyecto cuerpo caído no virtualizado, a las galerías primordiales y secretas de la carne donde lo cibernético no alcanza a erigir sus fantasmas, su atópico semblante de luces y sombras digitales...
¿Qué secretas puertas se abrirán para mí cuando caiga en mi ciego Ser desconectado?
¿El cuerpo biológico es una tumba madre desde donde se inicia la aventura cósmica?
¿Otra luz increíble, pre-tecnológica, hará palpable un terror olvidado; un lejano y perdido territorio de sombras?
¿Descubriré que lo terrorífico es lo real imposible o que la verdad del Cielo está implícita en la idea de suspensión animada?
Regresaré a mi soledad originaria en la que lo digital-protésico será tan sólo un pálido recuerdo... Carne sorda de Cyborg averiado...
Evocaré, mujer, tus correos electrónicos, hasta que las Transnacionales de la Comunicación me digan: ¡Lázaro, duérmete y tómala!! Mientras tanto, como una momia absorta yaceré en mi carne, respiraré desnudo en nuestro lecho yerto; lúcido, atrozmente despierto, ausente de mí a tu lado...
Copyright ©Armando Almánzar Botello
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