Diógenes de Sínope, filósofo griego apodado El Perro Celeste
fue llamado el Cínico.
Perro Celeste oculto/ meditando en un tonel.
En su hondo retiro mordía las estrellas
con filosos pensamientos…etcétera…
Por las calles de Atenas buscaba en pleno día
-No me quites mi sol-,
© Armando Almánzar Botello
un solo hombre honesto alumbrado con candil.
pidió despreciativo
al Magno Alejandro que lo trató de seducir… etcétera…
al Magno Alejandro que lo trató de seducir… etcétera…
Hoy los perros filosóficos
no hacen luz de sombras…
No piensan el misterio del Abismo en un barril.
Tan sólo se proponen con insólita ambición
bailar el ritmo del Poder bebiendo vino de Borgoña,
comerse al comensal con su cuota de comida… etcétera…
No piensan el misterio del Abismo en un barril.
Tan sólo se proponen con insólita ambición
bailar el ritmo del Poder bebiendo vino de Borgoña,
comerse al comensal con su cuota de comida… etcétera…
Y son tan egoístas y taimados que quisieran
— ya muertos y podridos —
renegar de su cadáver olvidando a la Señora,
renegar de su cadáver olvidando a la Señora,
continuar en el banquete sin tiempo ni medida,
llevándose a la boca su propia y fría carroña… etcétera, etcétera…
Agosto de 1999
Santo Domingo, República Dominicana.
Tomado del libro:
Francis Bacon vuelve. Slaughterhouse's crucifixion.
Editora Ángeles de Fierro, San Francisco de Macorís,
Marzo del 2007. R.D. Página 30.
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