viernes, 29 de marzo de 2013

EL POBRE CONGRESISTA

"¡No por mucho más leer amanece más temprano!"


Por Armando Almánzar-Botello




«Había una vez un pobre hombre provinciano y gris, irrisorio y presumido imitador de los tiranos, que había leído un solo libro que ni siquiera era la Biblia. Se medio-cuasi-alfabetizó en la tinta banal y transitoria de los periódicos y dando tumbos en aquel librito peripatético de "Historia Patria Dominicana".

Uno de los capítulos de dicha cartilla que más poderosamente llamaron la atención de nuestro personaje de marras, tenía por título: "Las devastaciones de Osorio", y versaba sobre los hechos de aquel ingenuo gobernador de La Española en el Siglo XVII, Antonio de Osorio, quien —como cierto inefable alcalde o síndico relativamente reciente de una de nuestras más ilustres provincias del Este dominicano—, ¡creyó que civilizar era despoblar, desguarnecer, deforestar!, y así, apoyado por la Cédula Real emitida por un despreocupado e irresponsable rey español tan esteta como cinegético, destruyó toda la zona occidental de La Española para supuestamente defenderla del contrabando y del “gótico quebrado de las letras negras” luteranas!... En fin: ¡pura barbarie pseudo y pre-nacionalista con ínfulas de modernidad y precursora de teatrales catástrofes!...

Pues para no cansarles con la historia, aquel ‘hombre del único librito’ un día alcanzó —¡cosas veredes, Sancho!— el rango de Diputado al Congreso Dominicano. Y así, pasó el tiempo...

Un día, en plena sesión legislativa, uno de los compañeros congresistas que ocupaban "sella curulis" o escaño junto a nuestro "á-caro" personaje, habló de que la no aprobación de cierta ley implicaría una "devastación" del Sistema Educativo Nacional.

Nuestra vocinglera criatura de marras, lector de un único libro...y más presuntuoso que una cabra en sierra alta, exclamó de inmediato al escuchar la palabra "devastación": ¡¡¡PLAGIO A OSORIO!!!

A este pelafustán le hacía falta "mamar cultura diversa" como quien "mama dignidad"... ¡que no es lo mismo que tragar leche de burra soltera y promiscua!, ¡traicionar los sacrosantos intereses de la Patria!... o alimentarse ávidamente con otro néctar innombrable...»


VIEJOS CUENTOS POPULARES DE LA TIERRA MÍA.
Copyright © 1999. Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.

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