martes, 4 de junio de 2013

BALADA SADI-ANA...

La escritura en alta voz no es expresiva, deja la expresión al feno-texto, al código regular de la comunicación. La escritura en alta voz pertenece al geno-texto… al granulado de la voz, que es un mixto erótico de timbre y de lenguaje.” Roland Barthes

El deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.” Luis Cernuda

Hans Bellmer. La muñeca. 1936   
                                                
Por Armando Almánzar-Botello

A Pierre Klossowski. In memoriam. 


¿Será tu balada sadi-ana un texto escrito por Otro, /
 con otro ardor tras las brujas, /
                                                   por detrás de raja-duras, /
             con el Mismo
                                   (de)venido heterónimo

sórdido-inverso-escribiente,
zoo-lógico al-man-sahari-ano
solar y monstruo-desértico?
           .................
          ¡Baphomet!:
           ¿tri-fálico?
.........................................
¿Será tu himno sadi-ano un testimonio de época, 

trágico roto en espejo,
                                borrado tras rejas del Otro,

rijoso fervor tras las barras /
de (im)propio prohibido deseo, /
                              la escritura
                                                  dis-lok@)da(k)
         
        en tu fo-to cibernética?
           .....................
          ¡Pharmakon!:  
          ¡trans-fálico!
............................................
¿Podríamos cambiar lo erótico? 
............................................

¿Quién es yo
si hace teatro?

Mi prosodia te desnuda y queda sola tu ausencia...




12 de enero de 2012



© Armando Almánzar Botello. 
Santo Domingo, República Dominicana.



ADENDA. Facebook. 7 de noviembre de 2013.


Eli Quezada: Lúdico desde los presupuestos fonéticos-fonológicos, pero me permito una pregunta: ¿Algo de relación con los antiguos Palimpsestos o su teoría? ¿La re-escritura del otro en mí o de mí en otro?, etc. ¿Me puede abundar?

Armando Almánzar-Botello: Dicho todo ahora de un modo bastante sumario, pues no es al “autor” a quien corresponde explicar su obra fuera de la práctica significante que constituye su mismo texto creativo, le abundo y significo:

La continuación de la referencia al Roland Barthes de "El placer del texto", que figura como epígrafe del poema, podría aludir a lo que quizá sería uno de los objetivos de mi acto de escritura plasmado en este poema "Balada sadi-ana":

«Su objetivo [el de la escritura en alta voz o escritura vocal y polifónica, tal como pretende serlo "Balada sadi-ana"] no es la claridad de los mensajes, el teatro [en ocasiones banal] de las emociones; lo que busca (en una perspectiva de goce) son los incidentes pulsionales, el lenguaje tapizado de piel, un texto donde se pudiese escuchar el granulado de la garganta, la oxidación de las consonantes, la voluptuosidad de las vocales, toda una estereofonía de la carne profunda.». Roland Barthes. "El placer del texto", Siglo XXI, Argentina, 1974, página 84.

Inspirado yo también, como lo fue Barthes en su momento, por el concepto derrideano de “archiescritura” tal como se conceptualiza en “De la gramatología”, escribí hace unos años: «… El acto de escritura, para el sujeto que lo consume (y hablo aquí del acto de escritura como Georges Bataille hablaba del acto de la carne) constituye una experiencia privilegiada de auto-expropiación... Ese acto escritural encarna, en su amenazante ambigüedad problemática, una objetivización y un espaciamiento percibidos por el “yo” como castrantes, porque rompen con la presunta inmediatez de la consciencia, con la intimidad clausurada de la voz como órgano imaginario de apropiación.». "Escribir/Publicar" (1991), en “Cazador de Agua y otros textos mutantes”, Editora Nacional, 2003, Santo Domingo, R. D. Página 117.

En el poema “Balada sadi-ana”, el sujeto de la escritura parece apuntar a una castración del sentido constituido, convencional, pre-formado (J. A. Miller); a la insinuación de una cartografía pulsional que juega con lo “figural” (Lyotard) más que con lo figurativo...

En mi poema de 1984 “Página desnuda” (Obra citada, página 39) digo: «Desplegada en el vacío de una herida / la escena de la carne es un acto de escritura. / Mujer dormida / temblor de luna, / en la página el silencio nos reclama y nos absuelve. // Presintiéndome una boca palpitando entre tus sueños, / late sílabas de sangre tu oscuro PALIMPSESTO, / me transcurre su mujer alucinada por los labios, / su íntima verdad erguida, / brevemente…».

Podría entonces decir, que en mi texto “Balada sadi-ana” aflora, en clave lúdico-deconstructiva, mi marcada y recurrente preocupación, como sujeto de la escritura, por lo que vendría a ser una relación problemática entre el “cuerpo bruto del goce” (Lacan) y el cuerpo libidinal que resulta de la “mort-ificación” (Lacan) de la carne por el significante-letra.

Ello alude a una experiencia que opera independientemente del sentido coagulado en las estructuras convencionales del decir.

Por otra parte, en la tradición falocéntrica y judeo-cristiana occidental, se ha percibido la valencia positiva del cuerpo y de la sexualidad de la mujer casi como no-cuerpo; se presenta en su dimensión de “pureza natural”, de recinto místico no contaminado: “Vaso Admirable”... Aquí, en mi texto, retorna lo reprimido por dicha tradición, en clave de violencia erótica “sadiana”...

La relación “cuasi onto-teológica” entre el Mismo y el Otro da cuenta de esta “complicatio” en la que lo sagrado ascensional se ve contaminado por la que Roger Caillois denomina, en su obra “El hombre y lo sagrado”: “la sacralidad abyecta”, negatividad que impide la totalización de lo “sagrado ascensional” en el ámbito de lo que Bataille concibe como “lo homogéneo.”

En mi poema “Balada sadi-ana”, el “Otro” funciona como la negatividad (Hegel), y, simultáneamente, como el “Orden Simbólico” tal como aparece en el pensamiento de Jacques Lacan: “Sede de la verdad, tesoro del significante, Archivo de la Memoria cultural”….

La alusión al “Baphomet” (bifálico, según cierta tradición hermética) remite aquí al pensamiento de Pierre Klossowski: síntesis disyuntiva, dispersión o proliferación diseminante del “significado trascendental”, vinculado éste, tradicionalmente, con la integridad del cuerpo y la “incomunicabilidad” de las almas, debido a la imposibilidad de “atribuir el ser de un individuo a varios individuos”... (Duns Escoto, Mística renana, Klossowski, Deleuze)… Problema del "erotismo" entendido como "insuflación" mística de lo Otro en lo Mismo y "complicatio" libidinal bicorporal, tripersonal, pluricorporal, multipersonal y transbinaria...

Toda esta red de remisiones intertextuales se manifiesta en “Balada sadi-ana” como palimpsesto, como metalepsis (Gérard Genette), como relación quiasmática (Merleau-Ponty, Derrida, Freud, Lacan) o “doble invaginación quiasmática” (Derrida) entre el cuerpo de la mujer y el acto de escritura; entre “la escena de la carne” y la irrupción del significante; entre el texto sagrado y el texto profano; entre el cuerpo virgen y el cuerpo manchado, profanado; entre cuerpo-“mismidad” e insuflación equívoca de lo Otro en la carne comprendida como teatro del infrasentido…

En esta dirección aludida, el cuerpo de la mujer es concebido como palimpsesto, como capa de escrituras, como “historia estratificada”... El poema “Balada sadi-ana” es un breve espacio de juego en el que se manifiesta, poéticamente, la dinámica pulsional de las intensidades puras…



© Armando Almánzar Botello. 
Santo Domingo, República Dominicana.

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