miércoles, 6 de junio de 2012

El fukú de Fukuyama.

A propósito de un interesante editorial del periódico dominicano Diario Libre, titulado ‘Populismo moderno”, aparecido el 6 de junio, escribo esta notita después de releer el artículo de Francis Fukuyama titulado “The Future of History. Can Liberal Democracy Survive the Decline of the Middle Class?”


                                                          Francis Fukuyama



Por Armando Almánzar Botello





Luego del sonado fracaso de su pseudo tesis sobre el "fin de la historia" (The End of History and the Last Man), planteamiento que resultó ser el hijo transgénico y monstruoso de una errada y perversa lectura de Hegel contaminada con mala fe neoliberal y cinismo — tal como lo demostró, entre otros filósofos y analistas, un pensador de la estatura de Jacques Derrida en su obra Espectros de Marx , Francis Fukuyama vuelve a la carga, aunque con menos extensión y ardor conceptual, ahora con una nueva y breve receta mixta de banales ideologemas característica del engañabobos a sueldo y el prestidigitador teorético. 


En su reciente artículo publicado en la revista Foreign Affairs y titulado The Future of History. Can Liberal Democracy Survive the Decline of the Middle Class? Fukuyama, reconocido ideólogo norteamericano de mutante vocación neoliberal, pretende desacreditar el renovado valor analítico-práctico del pensamiento neo-marxista, agotado, según él, como contra-narrativa del sistema capitalista. 

En su mencionado escrito, Fukuyama plantea una supuesta fórmula que permitiría interrumpir el progresivo deterioro de los estándares de vida de los miembros de la clase media mundial, por el expediente de una vigorización del sector público encaminada a preservar las conquistas del estado de bienestar dentro del modelo capitalista de la democracia liberal... ¡Qué bonito!

Una suerte de neo-populismo anti-izquierdista que, con posterioridad a los bárbaros saqueos realizados por los monopolios y oligopolios y a la criminal especulación bancaria que ha conducido al más reciente colapso del sistema, permita restablecer una cierta funcionalidad de la maquinaria político-económica dejando todo en esencia como se encontraba, después de unos cínicos retoques y ajustes epidérmicos.

En un momento histórico en que pensadores eminentes, de muy diverso entronque ‘izquierdista’, tales como Immanuel Wallerstein, James Petras, Pierre Bordieu, Alain Badiou, Slavoj Žižek, Gianni Vattimo, Samir Amin, David Schweickart, Toni Negri, Noam Chomsky, Werner Seppmann... y analistas como Jean Ziegler, han venido considerando que estamos en presencia de una crisis sin precedentes del sistema capitalista mundial, crisis que puede conducir a la conciencia planetaria basada en la justicia y la solidaridad 
a una insurrección contra la oligarquía financiera multinacional y sus depredaciones genocidas, Fukuyama retorna con paños tibios y medias tintas proponiendo una desvergonzada receta que pretende robarle el trueno a los movimientos de izquierda más legítimamente críticos.

Los planteamientos de Fukuyama en su artículo The Future of History. Can Liberal Democracy Survive the Decline of the Middle Class? nos parecen ‘más de lo mismo’ con una nueva y apremiante envoltura oportunista.

El teórico del ‘fin de la historia’, con sus impúdicos ‘propósitos de enmienda’, parece desconocer lo que Ziegler y Samir Amin denominan la quiebra radical del ominoso modelo, es decir, el fin del sistema capitalista senil.

La contra-narrativa marxista que sustituye a la fallida narrativa capitalista, está hoy definida en sus puntos fundamentales y proseguirá afinándose, sobre la marcha, fuera de las recetas neoliberales maquilladas.

La llamada "ley de la pauperización" formulada por Marx, cuyo cumplimiento se observa en unos niveles cada vez mayores y monstruosos de concentración de las riquezas en muy pocas manos, junto al progresivo incremento de la violencia sistémica contra las poblaciones, en adición a la increíble hambruna planetaria, son factores que obligan, demandan, exigen una verdadera alternativa estructural a un sistema que actualmente sólo se sostiene en la fuerza militar más ciega y que no encuentra legitimación alguna en los falsos protocolos de una mal llamada democracia.

Se hacen necesarias, hoy más que nunca, la concientización, la organización, la auto-gestión y profundización de la defensa colectiva frente a un sistema que, como bien señala Jean Ziegler, destruye naturaleza, hombres y verdadera posibilidad de auténtica democracia.



© Armando Almánzar Botello.
    Santo Domingo, República Dominicana.

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