miércoles, 10 de octubre de 2012

A UN POETA MAQUILLADO ANTE SU ESPEJO.

(Brevísimo monólogo esquizofrénico)

                                                          Georges Rouault. Muchacha con espejo, 1906.

Por Armando Almánzar-Botello 

A Philip. K. Dick, In Memoriam.


¡Devotos de las territorialidades arcaicas del artificio: 
olviden el financiamiento de ciertas ONGs!




Me robaste hasta la barba, vil Poeta. También ahora tú ya devienes en barbudo. ¡Todo me sorprende, como si fuera yo una simple Alicia en el País de las Maravillas... o la Niña Popota Through the Looking-Glass

Jugando a Cabalista malversaste las arcas universales de las letras abrahámicas. ¡Feo ejemplo para los muchachos Revolucionarios que creímos un día en la Imaginación!

Pero a pesar de toda tu astucia cosmopolita, oportunista, cibernética, libresca, tubular… ¡gorgoteante!... hoy te voy a golpear muy duro con el arma blanca del vacío, te abriré una llaga incorporal con el filo de lo inabordable: el imprevisible Acontecimiento de un ósculo… sin Deleuze…

(El actor, vestido de muchacha cortesana, besa el espejo y prosigue su discurso con un dejo aniñado.)

Y se lo voy a contar todo a mi papá francés: al filósofo Don Gilles y a todo su Partido, a ese grupo-agente de martillo y hoz nietzscheanos, máquina en dramaturgia de la nueva rebelión. ¡Oh! ¿También plagian los espejos?

(El actor se mira coquetamente en el espejo. Alisa los pliegues deleuzianos de su vaporoso vestido. Habla y luego se coloca, afectada y delicadamente, una mano muy blanca en la boca pintarrajeada de rojo carmín.)

¿Quién es quién si hago teatro?... ¡Oh!

(Mirando con altivez la borrosa imagen reflejada en ovalado espejo lezamiano, neobarroco, el actor prosigue su diatriba endiablada contra Nadie.)

¡Me voy a protestar frente al Congreso con mi turba, y gritaré que un barbudo replicante plagió la Constitución!…

¿Única garantía de la “Lógica del sentido”?

                                                     
                                                              CAE EL TELÓN




Mayo de 2010

© Armando Almánzar-Botello
Santo Domingo, República Dominicana.

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