viernes, 16 de noviembre de 2012

IMPUESTOS Y REVUELTA POPULAR...

"De facto me desliza con emblemas de artificio
(casting de la angustia        falsas cámaras del éxito / 
 biotecnología)
                        su peligro por la
cuerda
………del suicida en un trapecio.
……………………..Loca industria del cinema.
……………………..Recorta el presupuesto.
……………………..Diseño financiero de la élite virtual.
……………………..Perversa desmentida de la herida.
Abstracta transparencia que se piensa
…………………………………….............travesía.
¡Perdón, ya no se piensa! Se dice cirugía.
Escritura que sutura. Hilo negro de la muerte.
“Alta la costura económico/global” 


Armando Almánzar-Botello. Simulacro de tijeras (Breve fragmento). Cazador de agua y otros textos mutantes.(Antología poética personal 1977-2002), Santo Domingo, República Dominicana. Editora Nacional 2003, páginas 104-109.




Por Armando Almánzar-Botello


Como decía recientemente un politólogo dominicano: Es, entre otras diversas causas, un complejo problema de DESCONFIANZA profunda en el manejo que se les da a los fondos públicos, el que catapulta las protestas de los ciudadanos contra cualquier aumento de impuestos.

Es evidente que un Estado necesita de impuestos para el despliegue de políticas públicas de beneficio social, pero hemos visto tantas irregularidades y "privilegios" en el manejo de los fondos del erario por parte de funcionarios y políticos deshonestos, que tendemos a resistirnos violentamente y a no colaborar gustosos y esperanzados cuando se nos solicita la consabida "cuota de sacrificio".

Y mayor es nuestra resistencia cuando contemplamos atónitos que se nos exige a los pobres y mal remunerados, a los que siempre hemos estado en "abstinencia, precariedad y dolor", igual o mayor sacrifico económico y moral que el que se les pide a los canallas, ladrones y oportunistas que precisamente nos han robado y perjudicado nuestro futuro y el de nuestros hijos.

En términos de políticas fiscales y criterios elementales de justicia, no pueden ser responsabilizados y penalizados del mismo modo las víctimas y los victimarios.

No se debe exigir la misma cuota de sacrificio a los “jodidos” por los estafadores que a los malversadores de fondos; a los “pobres de la tierra” que a los poderosos tunantes que siempre se han beneficiado contra el pueblo —en desmedro del Estado y del futuro de la Nación—, protegidos por la más ominosa impunidad jurídico-institucional, ocultos tras argucias y componendas, pactos electorales de silencio, triquiñuelas mediáticas de pandilla y monstruosas mentiras pseudo-argumentativas.


¿Cómo puede moralmente un canalla y mediocre "pensionista", sin el tiempo suficiente de servicios reales prestados a un país, apoyarse en la letra fría de una ley negadora de lo justo, para percibir mensualmente unos ingresos con los que sobreviven 50 familias de trabajadores con más de 30 años de auténtico servicio público?  

¿Cómo es posible que pequeñas pensiones obtenidas legalmente, que constituyen verdaderos derechos adquiridos y que representan para el Estado dominicano sumas irrisorias por su bajo monto, caigan bajo el hacha del "juicio normativo" del mismo modo en que se recortan los grandes e ilícitos privilegios? Si es que todos realmente se recortan... 

Y no mencionamos ahora en detalle los casos en los que ciertos fondos autónomos de Planes de Retiro y Pensiones, que funcionaban de un modo sostenible con los aportes de sus miembros en muchas instituciones descentralizadas del Estado dominicano, fueron malversados por funcionarios públicos de todos los Gobiernos, al amparo de la confabulación canalla y la conveniencia coyuntural que propicia la oscura vocación de beneficio ilícito y el deseo de recubrirse mutuamente las faltas para generar, coyunturalmente, perversas alianzas electoralistas de conveniencia grupuscular en perjuicio del pueblo.

Injusticias como éstas deben hacer meditar a los políticos dominicanos, y ser conocidas en detalle por el actual Presidente de la República, licenciado Danilo Medina Sánchez.



Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.

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