martes, 9 de julio de 2013

EL POEMA Y LA BANCA

"(...) Aquí está el centro del mal, el infierno ígneo sin descanso, / El cáncer corrompedor de todo, Fafnir el gusano, / Sífilis del Estado, de todos los reinos, / Verruga de la república, / Creadora de lobanillos, corrompedora de todo. / Oscuridad la maculadora, / Mal gemelo de la envidia, / Sierpe de siete cabezas, Hidra, penetrándolo todo, / Entrando por las puertas del templo, Maculando el Huerto de Pafos, / neschek, el mal reptante, / baba, corruptora de todo..." Ezra Pound. Neschek: La Usura.

                                  


Por Armando Almánzar-Botello


El hecho de que T. S. Eliot fuera un extraordinario poeta, banquero de profesión, no debe conducirnos, por necesidad, a realizar una apología de la Banca y del Capitalismo financiero, o a desarrollar la peregrina idea de que hay que ser un hombre "económicamente sólido" para lograr la producción del gran poema. 

¡Creo que el poeta también tiene cuerpo material; no sólo cuerpo sutil, y que el dinero le facilita, por lo menos, la posibilidad de publicar su obra a tiempo!

No obstante, como dijo Ezra Pound en su addendum para el CANTAR C: "El Mal es Usura, neschek / la serpiente / neschek de nombre conocido, la maculadora, / más allá de la raza y contra la raza / la maculadora..."

Una cosa sigue siendo el mundo de los negocios y otra, distinta, el de la poesía en su crudo desamparo, pese al “hermoso caso de un T. S. Eliot y de un Wallace Stevens”: maravillosos ejemplos poéticos de lograda transmutación alquímica y genuina Coincidentia oppositorum en el ámbito de las actividades humanas...

Si ser millonario no es jamás un defecto, ni debemos sentirnos culpables por serlo eventualmente, ¡tampoco es por necesidad una virtud! Como no es una virtud la pobreza de primer grado, la mera carencia de bienes, aunque sí represente un valor auténtico la POBREZA en el sentido místico, espiritual, tauleriano-eckartiano y franciscano del término: La pobreza como no-apego al "Yo" ni a los bienes del mundo...

¡Claro!: T. S. ELIOT es un inmenso poeta y WALLACE STEVENS también —llamado este último por algunos críticos “el poeta plutócrata”, para el cual, según propia percepción y confesión: "el dinero es una forma de la poesía"…

A pesar de lo dicho, James Joyce vivió muy limitado de recursos económicos (hay que leer el libro de Stanislaus Joyce sobre su ilustre hermano para comprender hasta qué punto) y ello, sin embargo, no le impidió ser James Joyce: una de las voces más relevantes de la gran literatura del siglo XX.

Franz Kafka, el abogado que dibujaba en su trabajo de burócrata dedos cortados de obreros que padecieron accidentes laborales, y que pensaba en las formas técnico-maquínicas y jurídico-laborales de evitar dichas mutilaciones (según las biografías de Klaus Wagenbach donde aparecen estos dibujos), fue un modesto empleado jurídico de una compañía de seguros... No hablemos del caso de Karl Marx y su antológica estrechez de recursos dinerarios...

No “aspiro” a seguir siendo pobre materialmente —me preocupa, como a Eliot, el destino de los míos—:

Eliot resists the characterization of a writer as willing to forgo the niceties of daily life in order to make art. What he wants are not luxuries—the early letters testify over and over to the Eliots’ impoverishment despite Tom’s bank wages, with thank-you letters to his American relatives for sending checks that fill in the financial gaps so he can have new underwear and pajamas, not brandy and cigars. Rather, Eliot craves security. He writes again and again of trying to free himself from worry, for his own but even more for the nervous and unhealthy Vivien’s sake. Has any writer (Stevens excepted) ever had so much anxious correspondence about life insurance? Eliot is prostrate over what will happen to Vivien if anything should happen to him.”...  A PEACEFUL, BUT VERY INTERESTING PURSUIT BY LISA LEVY (Fragmento de artículo online).

No obstante, si debo eligir entre la poesía y la condición de millonario, yo elegiría limpiamente la “poesía y lo económicamente suficiente”, ¡lo mínimo SUFICIENTE!... ¡Pero en un horizonte de justicia social! ¡Y que conste: no soy un “romántico” ni creo en el rechazo puritano a los llamados valores mundanos!

Como dice el poeta Juan Gelman: “Si me dieran a elegir, yo elegiría / esta salud de saber que estamos muy enfermos, / esta dicha de andar tan infelices”... Pero con perspectivas sociales y políticas de alcanzar una real equidad para los sujetos en función de sus necesidades materiales, su rango espiritual y sus reales potencialidades creadoras.

Por otra parte, es oportuno recordar la contradicción que implica el hecho de que Eliot creía en ciertos valores anglo-católicos, y la crítica que hace Pound a la Banca en los versos citados más arriba, crítica de la que participó en ocasiones el mismo Eliot, es, como bien señalan Octavio Paz y Harold Bloom, un eco de la condenación teológica de la Usura realizada por la Iglesia en la Edad Media...

Evidentemente que no es esta la posición de los Altos Cuadros Financieros Vaticanos en la Edad Contemporánea…




Copyright © Armando Almánzar-Botello.
Santo Domingo, República Dominicana.

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